sábado, 2 de julio de 2011

De lo que uno encuentra en una biblioteca

Sobre todo si nunca había entrado a esa biblioteca. Y cuando entró no fue para ver libros. Lástima. Pero cinco minutos fueron suficientes para ver tales maravillas. Deseos de haberlos todos. Añoranzas de girarlos, darlos vueltas, recorrerlos, viajarlos, tocarlos, mirarlos, adorarlos y volver a empezar.
Esa Alicia sabe que el amarillo libro esconde más que sólo un niño ostra,que esos perros no son de fiar, que en el cementerio no debe espiar y que en esa palma no ha de entrar.
Pero qué sabrá de los asedios y de sueños celtas. No mucho más que de juegos de ángeles, me atrevería a afirmar.
Y en las tierras medias no anhela perderse, ella ya está perdida en tierras maravillescas. Pero algunos si queremos viajar hasta esas tierras lejanas, y aventurarnos en esas fantasías.
Pacífico y antiguo. Amarronado y antiguo. Desgastado y antiguo. Polvoriento y antiguo. Como ese globo de ensueño que desde la Biblioteca Rivadavia me llama. Debe tener frío.
"Yo siempre imaginé al Paraíso como un tipo de biblioteca." Jorge Luis Borges.

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